Los Gigantes de Pamplona, con sus 151 años de historia, son uno de los símbolos más emblemáticos de la fiesta. Son unas figuras de madera, cartón y tela con porte altivo que van con su cohorte de kilikis, cabezudos y zaldikos. Juntos forman la Comparsa, comitiva que no falta una sola mañana a su cita sanferminera y que, por otro lado, sale a la calle para otras grandes ocasiones puntuales. Detrás de cada pareja de gigantes están los comparseros, gaiteros y txistularis que marcan su paso.
Los gigantes actuales fueron realizados por Tadeo Amorena, tras propuesta de él mismo en marzo de 1860, y que tras el éxito de la primera pareja tuvo el encargo del Ayuntamiento de Pamplona de realizar las otras tres parejas para los sanfermines de ese mismo año. Cuatro parejas que representaban a las razas del mundo y a los continentes, aunque no hay pareja que represente a Oceanía: la blanca, la pareja de reyes de Europa, la amarilla la pareja de reyes de Asia, la mora-negro-africana, la pareja de reyes de Africapareja de reyes de America (estos últimos son los caracterizados como negros). Su peso oscila entre los 59 kilos de la reina europea y los 66,5 del rey africano, y la altura alcanza los 3,9 metros. Sin embargo, la presencia de gigantes en las fiestas está documentada en la segunda década del siglo XVI por José María Corera, y según la novela de Arturo Campión Don García Almoravid podían preceder a la procesión de San Fermín nada menos que en 1276, aunque no hay constancia de su rigor histórico. (caracterizados por tez morena, pero no negra) y la indio-americana, la La comparsa que les acompaña esta compuesta por dos zaldikos, con caballos de cartón, por cinco cabezudos con los nombres de Alcalde, Concejal, Japonés, Japonesa y Abuela, y siete kilikis (cabezudos con verga blanda para perseguir a niños y mayores), Verrugas, Napoleón, Barbas, Coletas, Patata, Caravinagre y el más reciente Navarrico.
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